Mosca de la fruta
Familia: Trypetidae.
Los mil doscientos miembros de esta difundida familia son moscas bastante pequeñas, a menudo de color negro, azul acero o verde, con las alas cubiertas de motas o manchas de color negro o castaño. Ponen los huevos en masas depositadas dentro de cavidades vaciadas de los tejidos vegetales por el ovipositor de la hembra, que a veces es muy largo. Las larvas excavan luego en los tejidos vegetales vivos.
La familia es principalmente notable por el daño, a veces muy grave, que causa un considerable número de especies infestadotas de plantas valiosas para el hombre. Casi todas las partes de las plantas son infestadas por alguna o algunas especies, unas minando las hojas, otras viviendo en los tallos, capullos, yemas o frutas, y otras viviendo en agallas formadas por la planta. Entre las especies económicamente importantes citaremos la minadora de las hojas del apio, Acidia heraclei, la cresa de la manzana, Rhagoletis pomonella y la mosca mediterránea de la fruta, Ceratitis capitata.
Esta última es una especie particularmente destructiva cuya larva ataca casi todas las frutas jugosas. El daño provoca la hembra que efectúa en la oviposición un pequeño orificio en la superficie del fruto, que forma a su alrededor una mancha amarilla pálida. La herida en la superficie del fruto es una entrada de microorganismos que provocan la pudrición del fruto. Las larvas, eclosionadas de los huevos, excavan galerías en los tejidos interiores del fruto, aumentando su putrificación, descomposición y provocando su caída al suelo. La actividad de las moscas mediterráneas aumenta con el aumento de las temperaturas y alcanza el máximo durante los meses de septiembre u octubre, cuando las temperaturas son altas y las mandarinas, naranjas, manzanas han alcanzado estado de maduración.