Tijeretas
Forficularia auricularia, es la tijereta europea, representa, a veces, una seria plaga para los invernaderos, en cuyos lugares sus costumbres retraídos dificultan su eliminación.
También, es un insecto muy habitual en las casas particulares.
Viven bajo piedras o entre la corteza de los árboles. Con una longitud de 10 a 20 mm, las tijeretas son algo aplastadas y alargadas, habitualmente de color castaño oscuro a negro y el abdomen termina en un par de pinzas. Las alas posteriores son membranosas y se repliegan en abanico dos veces antes de desaparecer bajo los cortos élitros. Cuando se despliegan, lo hacen como un abanico formando un ala membranosa muy abierta que tiene un curioso parecido con una oreja humana. Es posible que esto haya originado el nombre inglés de las tijeretas (earwig: auricularia u oreja), con más motivo que la superstición de que penetran en los oídos de las personas dormidas. La tijereta apenas vuela pero se desplaza por el suelo rápidamente.
Las tijeretas son nocturnos, por lo que son raramente vistas a menos que se las busque bajo piedras, cortezas desprendidas o detritos esparcidos, aunque a veces uno se las encuentra inesperadamente. En Europa son unos habitantes proverbiales de los viejos techos de bálago.
Suelen estar ocultos en lugares frescos, donde buscan hojas, flores, frutos, semillas e insectos muertos.
Reproducción.
En octubre, la hembra pone una veintena de huevos que cuida con esmero limpiándolos a menudos. Posteriormente cuidará de las crías durante el primer año hasta que éstas alcancen la madurez sexual. Este breve período de cuidado materno por parte de las tijeretas representa, no obstante, solamente el primer paso hacia la organización social.
En cuanto a la alimentación, la mayoría son omnívoras o saprófagas. La mayoría son nocturnos y habitan el los lugares húmedos y oscuros.